A grandes poblemas, grandes solusiones

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Cuando eramos unos crios había un kioskillo de chapa en plena calle, el kiosbo de la Matilde, una vieja mal encarada y medio ciega que regentaba el garito junto con su marido, "el tio Calamabres", que tenía más años que la orilla del rio y medía lo mismo que un perro sentao y mientras te atendía por la parte de delante por la de detrás se dedicaba a escupir unos gargajos del tamaño de nueces. Allí ibamos a comprar los chicles Bazooka, que eran más duros que una piedra y sabían asquerosos, pero tenían una historieta dentro o un cromo, que entones no había huevos Kinder ni Japismil. Pero sobre todo, a lo que ibamos era a comprar y cambiar comics. Ahí empezó mi afición por los chistes, cómics, tebeos, cuentos o como los quieras llamar. Leiamos todo lo que cayera en nuestras manos, desde El Jabato o el Capitán Trueno a los superheroes americanos. Yo me ofrecía para bajar a comprar en la tienda del Tio Miserias y así poder sisarle unas monedas a mi vieja y cambiarlas por unos cuantos cómics. Entraba pitando a casa tiraba la bolsa de la compra y me metía corriendo en el tigre al grito de: "es que me estaba cagando, ahora salgo", mientras me ponía a devorar la lectura. Los comics estaban en la mayoría de los casos más manoseaos que la picha de un marica pero lo importante eran las historietas.
Luego, con los años empezamos a transitar por el Rastro. Comprababamos comics al Pistolero de la Plaza de Campillo Mundo Nuevo, un pollo que iba vestido de negro, con sombrero y botas de vaquero y dos revolveres y que aún anda por allí. Y ahí empezabamos a comprar nuestros primeros Jueves, Creepys y fanzines. Que tiempos aquellos.
Y como diría Karina, arrebuscando en el baul de los recuerdos me he encontrado el primer número de la mítica revista Makoki, ese enorme personaje, nunca suficientemente valorado creado por Borallo, Gallardo y Mediavilla. Era otra época, la de la movida. Sólo hay que ver la contraportada. En tiempos de crisis lo mejor es estar preparado. A grandes poblemas, grandes solusiones.

El Vasco, 40 tacos sobre beber

1:30 am Parking de Taxis Rio de la Pila. Entra el Vasco con una cervezota en un taxi.

Taxista - No puedes beber en el taxi.

El Vasco - ¡Pero si yo no voy a conducir!

Andando pa'casa.

El Mr Chungo no me deja poner enlace a mi web de frases ingeniosas de niños. Ya sabemos por qué es tan chungo.