Benditos sábados

Uno espera toda la semana para que llegue el sábado para poder olvidarse del trabajo y descansar. Pero el día comienza a las 7.30 a.m. con un grito de sirena (de sirena de la policía): "Mamá, quiero desayunar, levántate". Pero si hace cuatro horas y media que me he acostado, que estuve viendo la gran película Balada Triste de Trompeta (toda una premonición). Por cierto, no la veáis, no se la come ni Carpanta. Al final, te levantas haces los desayunos y te planteas que vas a hacer para pasar un buen sábado. Y he aquí que surge la brillante idea: "Vamos a Micrópolix". ¿Y qué es Micrópolix?, os preguntareis. Pues, se supone que es un trasunto de lo que es la vida real para que los más pequeños aprendan cual será la dura realidad, su dura realidad en unos cuantos años. Para comenzar, pagas la entrada, para que vayan aprendiendo que el no paga (y ya te das cuenta que la broma te va a salir por un pico) no entra, de lo más real. Te dan un pasaporte (todo el mundo con su documentación en regla, que no queremos problemas) te ponen una pulserita que yo pregunto: "¿Esto es un all-included?". La respuesta es una sonrisa de oreja a oreja de la pava de la puerta, "no, hombre, no, esto es sólo para entrar", "ya, es que la última vez que me pusieron una de estas fue en Ibiza y comíamos y bebíamos como en una boda". No te contesta, para que, si ya con mirada te lo dice todo: Anda, pálante, gracioso.
El interior, se supone que es como una ciudad en pequeñito, tiene de todo, el Ayuntamiento, la policía, los bomberos, la emisora de radio (patrocinada por la Ser), el periódico (patrocinado por Prisa), un circuito de coches (patrocinado por Audi, que estamos en San Sebastian de los Reyes y aquí son muy pijos) y hasta un Banco para que canjees el cheque que te den a la entrada por 50 Eurix (aunque yo les cambiaría el nombre y los llamaría más bien Neurix, por las madres neuróticas, o Pijix, todos los padres iban todos con las camisitas del caballito y el nombre de la marca de las camisetas bien grande, que se vea que para eso cuestan una pasta, que yo les veo y me pregunto si no serán hombres anuncio). ¿Y que es lo primero a lo que quieren ir?: al CSI, tócate los eggs. Están totalmente influenciados por la televisión. Para poder ganar más Eurix, primero tienes que formarte con lo cual debes de soltar la gallina, que eso de que la educación es gratuita, ya lo dijo mi querida, amada y nunca suficientemente respetada Doña Esperanza Aguirre, nanai. El que quiera una buena educación que se la pague. Una vez que has pasado por la consiguiente formación ya estas preparado para que tus hijos curren. Eso si por unos sueldos de miseria y sin contrato de trabajo, aquí todo en negro. Uf, vaya futuro que les espera a los pobres, negro no, negrísimo. Y después de haberse formado y haber trabajado en 5 trabajos precarios tienen que ir a la oficina de empleo donde les dan a elegir entre ir a la facultad, ser policía o bombero. ¿Y que es lo que eligen? Ir a la escuela para hacerse maderos. Y encima tan contentos. Eso sí, les enseñan cuatro gilipolleces, pero afortunadamente ni les enseñan a dar hostias, ni a poner los grilletes al primer inmigrante que se encuentren ni a disparar con una 9 mm. parabellum, gracias a Dios. Pero salen con una cara de mala hostia... Jesús, que miedo. Y vuelta al Banco a cobrar el cheque.
Y si quieres montar en el avión debes de tener un montón de pasta o haber trabajado en 12 diferentes trabajos, que aquí antes de descansar hay que trabajar de lo lindo. También hay un crucero, donde no pueden entrar los padres, la segunda edad, que aquí son considerados turistas y sólo son ciudadanos los menores de catorce años. No sé, pero me recuerda a Un Mundo Feliz de Aldous Huxley.
Resultado, después de haber estado metido en lugar de tanto provecho durante 7 horas, de haberme dejado una pasta y de haberme recorrido media maratón, subir y bajar las escaleras 37 veces y tener los pies los pies más hinchados que los mofletes de los angelotes de los cuadros de Murillo, haces recuento y te han sobrado 100 Eurix y preguntas "¿y esto lo podemos canjear en algún lado por regalos para los críos?". Nueva sonrisita, pero esta vez con cara de pocos amigos: "no, hombre, no. Eso para el próximo día que vengan. Eso sí, si pasa más de un año pierden validez el dinero, el pasaporte, los estudios y la experiencia profesional y vuelta a empezar". Pues a mí, que me esperen.
Voy a hacer como Hommer Simpson, comerme unos Dunkin coffees, que ya yo no se pueden decir donuts, que es marca registrada por Panrico, y me voy a la cama, que estoy más cansao que un jueves por la tarde, pero me voy a la cama pensando que vida les espera a nuestros hijos si esto es lo que les estamos enseñando.